Desde hace meses, decenas de intendentes radicales se han convertido en férreos opositores a una eventual alianza con el Frente Cívico para las elecciones legislativas. Tanto, que se erigieron en los principales representantes de competir con lista propia y preservar la identidad partidaria. Hay opiniones divididas sobre sus desempeños. Para unos, los intendentes –ganadores y líderes en sus comunidades– son el mayor capital partidario, que debe ser preservado. Otros los consideran prácticos para cuidar su espacio de poder, que no supera el ámbito local, pero estiman que no aportan a un proyecto provincial. En diciembre pasado casi 70 intendentes y presidentes comunales firmaron una declaración titulada “El radicalismo debe marcar su propio camino”, que rechaza confluir con el juecismo. Días atrás ratificaron la postura, con algunas firmas más. En esta postura se encolumnan varios de los principales intendentes: Carlos Felpeto (Villa Carlos Paz), Luis Brouwer de Koning (Río Tercero), Alejandro Teijeiro (Deán Funes), Alberto Giménez (Mina Clavero) y Gaspar Lemos (Río Ceballos). Aunque no firmó, Juan Jure (Río Cuarto) hizo saber luego que también quiere listas propias para las legislativas, a pesar de que en el Imperio ganó en alianza con el juecismo. En la vereda de enfrente, varios intendentes ya vienen jugando con el Frente Cívico desde 2007: el jesusmariense Marcelino Gatica, expulsado del partido pero en una situación aún a resolverse; Germán Jalil (Unquillo), Guillermo Cruccianelli (Río Primero), Fernando Gassoni (Monte Cristo), Fabián Höss (Villa General Belgrano), Julio Agosti (San Agustín) y Humberto Tomllenovich (Colonia Tirolesa), entre otros. En total, una veintena de intendentes radicales se sumaron a la Federación de Intendentes de la Provincia, todos vinculados con el Frente Cívico. Un caso particular es el de Oscar Tamiz (Oliva) de origen radical pero elegido intendente en 2007 por el Frente Cívico, sin el concurso de la UCR. Él también es frentista. Interpretaciones. Vale repetirlo: entre los intendentes radicales, una mayoría no quiere el frente con el juecismo. ¿Convicción o conveniencia? Tal vez una combinación de las dos cosas, según suelen admitir en privado. Hay varios motivos. Uno. Numerosos intendentes afirman que el radicalismo puede hacer una buena elección en octubre, aunque vuelva a salir tercero. Y que en ese caso podría cotizarse mejor para una eventual negociación con Luis Juez en 2011, cuando se dispute el poder provincial. En cambio, si acuerdan ahora y la alianza gana, estiman que el triunfo será de Juez y el radicalismo quedará relegado. Dos. A regañadientes, muchos –no todos– admiten que si concretan un acuerdo con Juez ahora, irritarán a los gobiernos provincial y nacional y perderán el apoyo económico que reciben de ellos. Tendrán que caminar en el desierto. Así de descarnado es el análisis. También hay que contar el interés de varios que quieren proyectarse y entienden que una coalición les quitaría espacios. Tres. Hay también una cuestión de método y de protagonismo personal. Sospechan que dirigentes con proyección, como Mario Negri y Oscar Aguad, quieren arreglar todo a nivel nacional y embarcar al partido en una coalición con Elisa Carrió y el socialismo; y luego bajar la cosa ya “cocinada” a la provincia, para beneficio de ellos. Posiciones. Los intendentes tienen un doble recelo. Entienden que, pese a ser ganadores en sus territorios, hace años que dependen de los intereses y los manejos de las dirigencia capitalina, a la que consideran responsable del retroceso partidario. Del mismo modo, rechazan que el eje porteño-bonaerense, experto en derrotas, trace la estrategia que les convenga y la quieran nacionalizar sin reparar en las realidades de cada distrito. Pero si esos planteos son atendibles, más polémicas son algunas acciones de varios de ellos. Enfatizan en la identidad partidaria cuando se trata de rechazar a Juez, pero no en otros casos. Daniel Peretti (Porteña) respaldó a Cristina Kirchner en 2007 y luego se acercó a Julio Cobos, echado del partido; José Gava (Icho Cruz) y Alejandro Pérez Baroni (Tanti), provienen del radicalismo K. Víctor Molina (Cañada de Luque), fue uno de los que asistió al plenario de radicales K en Villa de las Rosas, antes de ir a aplaudir a Cristina Kirchner al acto de Villa Dolores, a fines del mes pasado. Del mismo modo, cuando les resultó conveniente adelantaron las elecciones en sus municipios, desprendiéndose de la poco cotizada boleta radical en la última elección provincial. Otra vez, la doble interpretación: aseguraron el triunfo local y el capital que ello significa; pero debilitaron las chances del partido en la provincia. Son ganadores y representan un innegable capital para el radicalismo; a la vez, sus liderazgos están limitados a sus municipios, lo cual les dificulta su proyección provincial. Igualmente, ganaron peso en el partido y la mayoría apuesta por el camino propio, por convicción y por conveniencia. Alberto Giménez Mina Clavero “El radicalismo está en un momento de repunte en la opinión pública y corre el riesgo de diluirse si va en una alianza en la cual se reconocerá como ganador a Luis Juez y no a la UCR. Debemos fortalecernos y afianzar nuestra identidad. No descarto una alianza para 2011, pero sí para 2009. Esta es la posición de muchos intendentes de nuestro partido”. Germán Jalil Unquillo “Consideramos que el radicalismo debe ser parte fundamental de un frente con vistas a gobernar la provincia. Pero creemos que nadie puede arrogarse el derecho a formar esta propuesta a dedo. Proponemos que los candidatos sean elegidos en internas abiertas con todos los partidos que integren en frente. El Frente Cívico se debe seguir fortaleciendo”. Luis Brower de Koning Río Tercero “Estoy en el esquema que trazó la mesa de conducción del Foro de Intendentes: por ahora, fortalecer el partido, cambiar sus autoridades, participar en la conducción y darle un perfil nuevo. Luego, veremos. Hace dos años fui impulsor de ir al frente porque estaba en juego el gobierno de la provincia. Esta elección es legislativa y hay que analizar el camino”.
Fuente: La Voz - Domingo 15 de febrero de 2009
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