EVOLUCION DE AFILIADOS 2001-2008

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Resultado En Cada Departamento

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Resolución de la Mesa del Congreso

Resolución de la Mesa del Congreso
Prorroga de Internas y Fijacion de Estrategia Electoral

sábado, 7 de marzo de 2009

Figuritas repetidas

Ningún partido encuentra respuestas válidas al requerimiento social de renovación de la política. A sólo ocho meses de las elecciones, el menú de posibles candidatos es siempre el mismo. Por ahora, los que idean las estrategias electorales de cada fuerza no encuentran salidas
La crisis económica mundial parece avanzar con paso de elefante y la decisión de no consumir, adoptada por la sociedad de todo el planeta, le da un vigor prácticamente incontrolable. Los efectos ya comienzan a empapar estas costas, en un año muy singular porque las elecciones parlamentarias nacionales son una muesca indisimulable. Más allá de buscar respuestas a la coyuntura, que se presenta como escalofriante, los gobiernos deben buscar respuestas electorales para lograr que la pendiente descendente sea lo menos pronunciada posible. Córdoba está en estado de ebullición desde el punto de vista político y en estos meses se atraviesa el clásico período de la construcción de una oferta electoral cautivante. Pero no es momento de diseñar proyectos políticos profundos, ya que el interés de los partidos políticos está centrado en el marketing electoral. Encontrar “la” figura que cautive y haga crecer es la meta de los buscadores de votos. Cada uno de los que presentará su propuesta en las urnas de octubre busca la figurita que pueda deslumbrar. Pero hasta el momento, las noticias no son buenas. No se advierten caras nuevas, a pesar de los esfuerzos. El peronismo tiene el panorama más oscuro desde este punto de vista, porque es el partido de Gobierno y terminará asumiendo los costos de errores propios y ajenos. Resolver los problemas que acarrea la gestión, con una dependencia de la caja nacional imposible de evitar, es una tarea hasta ahora ciclópea. Y el cuadro se agrava cuando se advierte que en la chequera de la Casa Rosada escasean los cheques. Hoy, con la subordinación no alcanza. A eso lo saben los actores de esta comedia. El gobernador Juan Schiaretti intenta provincializar la elección. Se quiere sacar de encima el efecto “fuga de votos” que puede traer aparejado cualquier tipo de acercamiento con el kirchnerismo. Pero le pasa lo que a todo el mundo: no encuentra las figuritas. Intenta con Héctor Campana, pero las encuestas lo devolvieron a la realidad de una manera muy cruda: los niveles de aceptación de la candidatura a senador nacional del vicegobernador son bajos, muy bajos, en especial en la ciudad de Córdoba, que para el peronismo se ha convertido en un complejo digno de ser tratado en un diván. Además, la militancia justicialista rechaza a Campana porque, con la lógica del trajinar los barrios llevando y trayendo bolsones, no considera “del palo” al ex basquetbolista. Tampoco seduciría demasiado la figura del defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, quien, sin embargo, puede mostrar la medalla que lucen los dirigentes con historia dentro del partido que fundó Juan Perón. Sin embargo, el perfil antikirchnerista que asoma en el funcionario nacional fortalece los reparos de los arquitectos de la estrategia oficialista. Para moderar el impacto de la caída pronunciada en Capital, algunos justicialistas arrimaron una idea: llevar como candidata al Congreso a la concejala capitalina Olga Riutort, quien exhibe un capital político fácilmente traducible en cantidad de votos: 15 por ciento en la ciudad más grande de la provincia. No obstante, tomar ese camino no es fácil para el gobernador. Riutort fue desplazada hace unos pocos meses del Consejo Provincial de la Mujer y tiene un soterrado enfrentamiento con Alejandra Vigo, la esposa de Schiaretti. Además, la presencia de Riutort en una lista peronista tensaría más la cuerda en la relación del gobernador con José Manuel de la Sota, ex esposo de Riutort y hoy abanderado de las huestes anti-K en Córdoba. Hora de desconfiar. Más allá de los candidatos, hoy en la Casa de las Tejas desconfían de De la Sota y no están convencidos de que el ex gobernador ponga sus soldados a trabajar en la campaña electoral de un partido que no está en condiciones de mostrar argumentos demasiado críticos con la Casa Rosada. Provincializar la elección parece haber sido el camino que eligió Schiaretti, lo cual también es un arma de doble filo. Si los votos no llegan, esa especie de plebiscito de la administración provincial habrá sufrido un duro golpe, cuando quedan dos años para finalizar la gestión. Habrá que ver si la idea se mantiene y desafía los riesgos que implica su presentación. Pero el peronismo ejerce el poder y su capacidad de ejecutar y repartir –aunque haya poco en el bolso– le da una posibilidad especial para recuperarse, aunque sea de modo parcial. Hoy, la búsqueda principal del oficialismo es encontrar una figurita que no sea repetida, que no haya sufrido mayores desgastes y que no sea blanco fácil de la oposición en una campaña que será áspera. El juego de De la Sota también es importante para los schiarettistas. Una cosa es que no sea un entusiasta defensor de los candidatos oficialistas y otra muy diferente es que, por lo bajo, envíe a sus fieles a recolectar votos para listas anti-K, como la que amagan armar Macri-Solá-De Narváez. Este trío insinúa crear una estructura en Córdoba. Es cierto que no tiene en qué reposar, pero los votos que obtenga seguramente saldrán del bolsón del peronismo. También es más que improbable en estos días que Carlos Reutemann decida hacer pie con proyecto propio en Córdoba. Después de su portazo, el senador santafesino parece estar más concentrado en su provincia que en otra cosa. Si Schiaretti no encuentra soluciones, al kirchnerismo le pasa algo parecido o peor. No tiene en Córdoba ningún elemento capaz de abrir un resquicio a la esperanza. El intendente Daniel Giacomino, kirchnerista por necesidad, no está en condiciones de ofrecer una salida que entusiasme. Sin embargo, con sus aliados, vertebra un armado de la mano de Francisco Delich. El próximo fin de semana, el diputado nacional exhibirá sus cartas en una reunión de dirigentes que está armando junto a Horacio Viqueira y Ricardo Visani (del Partido Solidario). Es lo que hay, podría ser la respuesta a los interrogantes que plantea este proyecto, cuyos hacedores aspiran a realizarlo con independencia de la Casa Rosada y sin la presencia de caras K como Ricardo Jaime, Alberto Cantero o Patricia Vaca Narvaja. Pero si la situación financiera de la Provincia es complicada, la de Capital es similar o peor. Y ahora, ¿qué hacemos? Luis Juez puntea en las encuestas, aunque a casi ocho meses de los comicios es lógico concluir que sería irracional dar por terminado el partido. El ex intendente de Córdoba lo sabe. Por eso buscó aliarse con los radicales con el fin de consolidar la victoria y perfilar un proyecto de gobierno para 2011. Pero los radicales dudan y no están convencidos. La propuesta juecista no es digerida con facilidad en un partido cuyos cimientos crujen, pero al que la historia le dio de modo impensado una nueva oportunidad, más allá de que sus dirigentes hayan hecho nada o muy poco para que la sociedad vuelva a mirarlos como alternativa de poder. La jugada de Juez es clara: si hay alianza, mucho mejor; si no se da, tiene un argumento envuelto con moño para la campaña: acusar otra vez a la UCR de funcional al peronismo (ya lo hizo en la elección provincial anterior). Antes, el eje de su ataque fue Mario Negri, a quien hoy elige como aliado. Negri quiere, pero en su partido no confían en Juez. Quien comparte la idea aliancista es Oscar Aguad, aunque en los últimos días se habrían producido algunos desacoples. El viernes volvieron a mostrarse juntos en el acto del campo y tuvieron, otra vez, el respaldo del ruralista Eduardo Buzzi, quien llamó a los opositores a unirse. De todas formas, los aliancistas radicales caminan entre chisporroteos. Negri rechaza diferencias, pero cerca de Aguad dicen que al diputado nacional no le gustó que no haya sido convocado a la reunión del lunes pasado en la Casa Radical, cuando el Comité Provincia recibió a Juez y los suyos. “Oscar no fue porque nadie lo invitó y sólo fue informado una hora antes por Negri de la realización de ese encuentro... rige la falta de generosidad”, graficó con molestia una voz cercana al jefe de bloque de diputados nacionales de la UCR. Mientras tanto, el concejal Ramón Mestre no oculta su perfil antialiancista. Quiere lista propia, presentarse a la interna de renovación de autoridades de su partido en abril próximo y ser, después, candidato a senador nacional. Está en buenas migas con Rubén Martí, a quien pretende sumar a su proyecto, no como candidato pero sí como guía que colabore para desandar este camino que, si se concreta, deja vislumbrar durísimos encontronazos con Juez. Mestre planifica para los próximos días algunos golpes de efecto, uno de los cuales implica la organización de un plenario en el cual “se van a sorprender muchos, por las caras que se verán”, dice, entusiasta, el concejal. Convertido en principal opositor de Negri, busca sumar a Aguad en su estrategia de quebrar el frente. Serán días entretenidos en la interna radical, aunque aquí, de acuerdo a lo que se puede observar, tampoco se advierten caras nuevas ni aires renovados. Son las figuritas que ya han sido pegadas en álbumes anteriores.
Fuente: La Voz - Domingo 22 de Febrero de 2009

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