La medida recibió críticas de la Coalición Cívica y la UCR. De Narváez dijo estar de acuerdo, pero Solá no la avala.
Buenos Aires. La reacción dispar de la oposición frente al anuncio presidencial de adelantamiento de las elecciones legislativas para el 28 de junio, jugaría a favor de las chances del oficialismo de lograr en el Congreso una rápida sanción de la ley que autorizará el cambio de calendario. Las durísimas críticas de la Coalición Cívica y la Unión Cívica Radical –cuyos dirigentes llegaron a hablar de "locura institucional" y "manipulación de las reglas de juego"– no encontraron el mismo eco en el peronismo disidente y el macrismo, donde sus referentes se mostraron interpretaciones divididas. Mientras Francisco De Narváez e Hilda "Chiche" Duhalde anticiparon que el cambio de fecha no los afectará porque están dispuestos a dar la pelea en la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá mostró se desacuerdo. Por su parte, el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, sugirió que no se opondría y hasta estimó que podría ser "positivo para el país". Otros que anticiparon su rechazo a la propuesta presidencial fueron Julio Cobos –acaso porque le resta tiempo para completar el armado de su espacio–, y la socialista Laura Sesma, quien consideró que se trata de un "manoseo institucional inaceptable". A pesar de esta diferencia de interpretación, la oposición se mostró sorprendida por el anuncio de la presidenta Cristina Fernández y cuestionó que el Gobierno nacional no consultara previamente a las demás fuerzas políticas. "No hay antecedente en el mundo de un Gobierno que de esta forma modifique un calendario electoral sin tener diálogo político ni con su partido ni con los otros. Adjudicamos a Néstor Kirchner estar llevando a la Presidenta a un nivel de locura institucional a la que quiere arrastrar a toda la Nación", dijo Margarita Stolbizer al encabezar la conferencia de prensa de la UCR y la Coalición. Estas dos fuerzas encarnan la oposición más dura en el Parlamento y así se reflejó en el análisis que realizaron sus dirigentes, quienes hablaron de "gravedad institucional", y "falta de voluntad para que el proceso electoral sea transparente". Stolbizer sostuvo que la actitud oficial es una "clara demostración de su debilidad política y de su ombliguismo", y sugirió que la presencia del ex presidente Kirchner en el acto "podría ser el anuncio de su candidatura" a diputado por la provincia de Buenos Aires. El anuncio de la Presidenta encontró al peronismo disidente descolocado. Al parecer, De Narváez se apuró a afirmar que el frente que integra con el macrismo y con Solá "está preparado para ir a las elecciones cuando el gobierno lo determine" y esto provocó malestar en el entorno de Macri, quien un día antes había echado mano al adelantamiento de las elecciones en Capital Federal para evitar la nacionalización. No obstante, el jefe de Gobierno porteño se vio obligado a sostener la línea inaugurada por De Narváez y sugirió que, a pesar de constituir un "retroceso institucional" para la Argentina, "puede ser positivo que se adelante el debate nacional". Los peronistas disidentes se reunirán el lunes para analizar la posición que llevarán al recinto.
Fuente: La Voz - Sabado 14 de marzo de 2009
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