No sólo se negocia la presidencia de la UCR cordobesa. Los máximos referentes partidarios quieren un lugar en la mesa de las negociaciones decisivas que habrá en el local porteño de calle Alsina. El 2011 está cerca.
“Para Negri no habrá delegación nacional”, avisó, sin disimular la saña que desprendían sus palabras, un dirigente mestrista que con exactitud puede decir que pertenece al entorno del flamante senador nacional electo.Mario Negri, actual presidente del Comité Provincia, pretende ganar una de las cuatro sillas reservadas en Buenos Aires para los delegados por Córdoba al Comité Nacional. Después de fracasar la alianza con Luis Juez, el llamado Pacto de Oliva, y como la UCR hizo una gran elección el 28 de junio, busca un exilio dorado. Pero sus rivales internos no quieren darle ese privilegio. “Acá hubo gente que puso el pecho y otra que se escondió o jugó para atrás, y no puede dar lo mismo, porque esto no es un cambalache”, agregó el mestrista con un facturero político en una mano y un almanaque con el 6 de setiembre (día de elecciones interna) en la otra.La UCR de Córdoba envía cuatro delegados al Comité Nacional (por el demagógico cupo femenino, tres hombres y una mujer). Es imprescindible llegar a Buenos Aires con ese diploma para aspirar a un cargo en el máximo organismo político del radicalismo. Y Negri tiene, precisamente, ese objetivo; la gran aldea es un territorio amable para él. Incluso, se hace un chiste: «sin Pacto de Oliva, se toma el olivo».Las más tremendas pesadillas antinegristas narran que Negri podría alcanzar, con una delegación en el bolsillo, la presidencia del Comité Nacional. En realidad, esa candidatura tenía más fuerza antes del 28 de junio (cuando incluso fantaseaba con ser el consorte de Elisa Carrió en una fórmula presidencial), pero su abstencionismo electoral y el triunfo de la UCR lo descolocó. Igualmente lo perjudicó el tropezón de la chaqueña en aquella jornada. Hoy Julio Cobos cotiza mejor que Carrió (Ricardo Alfonsín fue el último en candidatear al vicepresidente del gobierno kirchnerista como presidente del antikirchnerismo), y ésas son malas noticias para el presidente (saliente) del radicalismo provincial. Como dato al margen, tampoco deberían temer los radicales cordobeses a un presidente del Comité Nacional que, eventualmente, pueda conspirar contra las chances locales, porque en plena debilidad previa al 28 de junio la UCR mediterránea pudo oponerse a las presiones de Gerardo Morales, que prefería, como Negri, arrojarse a los nada confiables brazos de Juez.A diferencia de otras ocasiones, hay una lucha intensa por los cuatro escaños en el Comité Nacional. En 2006, por ejemplo, los delegados electos fueron Oscar Aguad (que no era el actual Aguad candidato a gobernador, sino el Aguad resignado diputado nacional), Cecilia Aro, Beatriz Leyba y Miguel Ortiz Pellegrini (sí, el juecista de la “nueva política”).Esta vez, son varios referentes internos los que tironean de las sillas.
“Para Negri no habrá delegación nacional”, avisó, sin disimular la saña que desprendían sus palabras, un dirigente mestrista que con exactitud puede decir que pertenece al entorno del flamante senador nacional electo.Mario Negri, actual presidente del Comité Provincia, pretende ganar una de las cuatro sillas reservadas en Buenos Aires para los delegados por Córdoba al Comité Nacional. Después de fracasar la alianza con Luis Juez, el llamado Pacto de Oliva, y como la UCR hizo una gran elección el 28 de junio, busca un exilio dorado. Pero sus rivales internos no quieren darle ese privilegio. “Acá hubo gente que puso el pecho y otra que se escondió o jugó para atrás, y no puede dar lo mismo, porque esto no es un cambalache”, agregó el mestrista con un facturero político en una mano y un almanaque con el 6 de setiembre (día de elecciones interna) en la otra.La UCR de Córdoba envía cuatro delegados al Comité Nacional (por el demagógico cupo femenino, tres hombres y una mujer). Es imprescindible llegar a Buenos Aires con ese diploma para aspirar a un cargo en el máximo organismo político del radicalismo. Y Negri tiene, precisamente, ese objetivo; la gran aldea es un territorio amable para él. Incluso, se hace un chiste: «sin Pacto de Oliva, se toma el olivo».Las más tremendas pesadillas antinegristas narran que Negri podría alcanzar, con una delegación en el bolsillo, la presidencia del Comité Nacional. En realidad, esa candidatura tenía más fuerza antes del 28 de junio (cuando incluso fantaseaba con ser el consorte de Elisa Carrió en una fórmula presidencial), pero su abstencionismo electoral y el triunfo de la UCR lo descolocó. Igualmente lo perjudicó el tropezón de la chaqueña en aquella jornada. Hoy Julio Cobos cotiza mejor que Carrió (Ricardo Alfonsín fue el último en candidatear al vicepresidente del gobierno kirchnerista como presidente del antikirchnerismo), y ésas son malas noticias para el presidente (saliente) del radicalismo provincial. Como dato al margen, tampoco deberían temer los radicales cordobeses a un presidente del Comité Nacional que, eventualmente, pueda conspirar contra las chances locales, porque en plena debilidad previa al 28 de junio la UCR mediterránea pudo oponerse a las presiones de Gerardo Morales, que prefería, como Negri, arrojarse a los nada confiables brazos de Juez.A diferencia de otras ocasiones, hay una lucha intensa por los cuatro escaños en el Comité Nacional. En 2006, por ejemplo, los delegados electos fueron Oscar Aguad (que no era el actual Aguad candidato a gobernador, sino el Aguad resignado diputado nacional), Cecilia Aro, Beatriz Leyba y Miguel Ortiz Pellegrini (sí, el juecista de la “nueva política”).Esta vez, son varios referentes internos los que tironean de las sillas.
FUENTE: La Mañana de Córdoba - Miercoles 29 de Julio de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario