En el radicalismo, el plan original era:
1°) intentar que los referentes partidarios lleguen a un acuerdo;
2°) de fracasar lo anterior, reunir al Congreso partidario para que resuelva qué diablos hacer con la interna, con el Pacto de Oliva y con las listas de candidatos. Lo cierto es que hoy no está prevista ninguna reunión de caciques tribales y el sábado sesionará el Congreso.

El paso a la segunda etapa, la convocatoria al Congreso Provincial, significa que la búsqueda de la unidad partidaria está tan lejana, que bien poco vale hacer esfuerzos por alcanzarlas (aunque tratándose de radicales siempre hay que esperar hasta el último minuto).
El Congreso, el organismo partidario que puede suspender internas, aceptar alianzas electorales y armar listas de candidatos en casos de extrema urgencia, es un campo de batalla del cual nadie saldrá ileso. Incluso, los más temerosos, también los prudentes, dicen que nadie debería sorprenderse si el plenario sabatino carece de la etiqueta de los doctores radicales.
Hoy, la Mesa del Congreso oficializará la convocatoria para el plenario del sábado, con el apoyo de los representantes de Mario Negri, Miguel Nicolás y Eduardo Angeloz. Ramón Mestre, los intendentes del Foro y el becerrismo se oponen a abrir las puertas del pasillo que podría conducir a la alianza con el Partido Nuevo de Luis Juez, aunque el objetivo de mínima sea la modificación de los plazos electorales para adelantar la interna del 26 al 19 de abril, como ya lo dispuso la UCR de la provincia de Buenos Aires.También habrá una prórroga para la presentación de listas internas, prevista originalmente para el viernes 27.Con aliados así...
No debe creerse, sin embargo, que hay dos bandos bien definidos que se preparan para confrontar en el Congreso partidario. Predominan los grises, y la desconfianza mutua.Basta hablar con los dirigentes que mejor interpretan a los referentes para advertir que hoy el caos es el estado natural en el radicalismo.Negri y Nicolás parecen jugar en equipo, al menos por ahora. Pero los negristas se esmeran en aclarar que el presidente de la UCR provincial sospecha de las intenciones del titular de la UCR capitalina. Y los nicolasistas aclaran que rechazan un acuerdo con el juecismo, como sí pretende el entrerriano.
Lo mismo pasa cuando se ausculta a mestristas y aguadistas: nadie pone las manos en el fuego por las jugarretas que podría hacer el aliado de cada cual, y siempre creen que el otro está a punto de engañarlo.
Mar de fondo: el pactoEl Pacto de Oliva se esconde detrás de los movimientos de todos los dirigentes del radicalismo.Negri es el gran pactista cordobés y sus esperanzas estarían cifradas en la presión que podría ejercer la UCR nacional sobre la cordobesa.La última idea que circula en los corrillos radicales-pactistas es que la UCR y el Partido Nuevo vayan pegados, pero no «aliados». Es decir, que el juecismo, quizás salpimentado con algún candidato arista, llene la boleta de candidatos a senadores nacionales, y que el radicalismo complete con nombres propios con la de diputados nacionales.
El plan moviliza hasta a dirigentes que profesan el antialiancismo, al menos en público.
Con la calculadora en la mano hacen cuentas y se imaginan que podrían ganar hasta cinco diputados nacionales. Dicen que Nicolás habría caído seducido por esta estratagema, además porque la boleta de diputados llevaría el número 3, el ícono con el que algunos radicales creen conservar la identidad partidaria.Mestre y Rossi, en tanto, rechazan de plano cualquier ingeniería que una al juecismo y al radicalismo en las elecciones del 28 de junio.
Fuente: La Voz - Lunes 23 de marzo de 2009
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